Al lío, buen lijado por la cara que voy a trabajar y los cantos. Posteriormente pinto de blanco las zonas lijadas.
He teñido los cantos y parte de la superficie frontal con un tinte marrón oscuro. Luego, por los cantos he pasado una vela, muy poco y suave.
Aplicando un producto específico de transfer he pegado la copia láser en color de un fotografía, teniendo cuidado de invertir la imagen en un programa de retoque de imágenes. Después de dejarla secar convenientemente (unas cuantas horitas, y, si tenemos prisa le podemos dar un poco de caña con el secador de pelo).
Una vez bien seco, con paciencia y cuidado vamos levantando la celulosa pare dejar solo la capa de tinta adherida a la madera. Como por los cantos he dado cera, es fácil conseguir ese efecto desgastado y vintage que veis en el resultado final. Voy trabajando por zonas según quiero sacar más o menos el fondo. Para finalizar y proteger el trabajo le he barnizado con gel medium.
Aquí tenéis como quedan cinco de estos cuadros en la pared al alado de la entrada a la cocina. La verdad es que al final he hecho más de diez cuadros (casi es un vicio ja ja), y así los cambio de cuando en cuando para sorpresa del personal.
Estoy preparando una serie con fotografias de Madrid. Ya os las enseñaré. La verdad es que un tablero entero de madera da para mucho. No hace falta que compréis uno caro, por eso yo lo compre de abeto en vez de pino, eso si, mirar que no tenga mucha veta y que no se esté abriendo por ningún lado.
Si os animáis contarme. Hasta la próxima¡¡¡